The high demand for housing in our region creates a situation where money speaks louder than words. A one-bedroom apartment easily rents for about $1,500. For some Puente participants this would equate to 50% or more of their earnings towards rent, leaving very little for other necessary expenses. We hear about the need for affordable housing all the time. So what happens when someone cannot find a place to live?
Some people on the South Coast currently live in places unimaginable by many and witnessed only by a few neighbors or close acquaintances. In a place like La Honda and Pescadero, homelessness is almost undetectable. Some people report staying outdoors or in sheds. During these cold months and rainy days, some worry about their neighbors that stay outdoors, and welcome them into their homes. Many times, this act of kindness remains a well-kept secret because they could be jeopardizing their own housing situation.
Recently, a participant shared his concern about housing with me. He said he has welcomed friends to spend the night in his living room, especially on cold and rainy nights. These people gratefully understand that they will have to be discreet. He also reported a family was living in quarters with no bathroom and a dirt floor. He was very sad to see that. He reported men paying $250 a month at a local farm to share a room with communal bathrooms. He said that the place is so rundown he would choose sleeping in his car over staying there.
We do not have shelters on the Coastside. Shelter beds are all over the hill. When a person or family comes to Puente looking for housing, they rarely choose to go to a shelter for many reasons. Distance, lack of private or public transportation to get to work or get kids to school, risk of losing their employment, and because leaving the area, in many cases, would simply cause more disruption than help. Last year at least two families moved away from the South Coast to a more affordable place near Sacramento. This also disrupts the agricultural economy that ends with less workers and the school system that loses students.
As one of the eight Core Agencies in San Mateo County, Puente assists local residents access programs that provide rental assistance, all in an effort to avoid homelessness. Our Community Resource Navigators assist individuals and families complete the financial assistance application for these programs. When families do not qualify for these programs, Puente uses its own resources and foundation money to provide financial support. As much as possible, we link people to housing as a place becomes available and we advocate for affordable rents.
One has to know the South Coast to understand how uniquely the housing crisis affects the South Coast and the La Honda community, especially when housing is linked with employment, which is the case with farmworker housing.
Puente has been exploring systemic housing solutions, with support from the San Francisco Foundation. In 2015, Puente collaborated with San Mateo County to conduct a farmworker housing study. Farmers and farmworkers alike agreed that the future of the local agricultural economy depends on meeting the unmet need for over 1,000 affordable housing units on the Coastside. In the meantime, we watch as our neighbors and friends move away from the region, seeking housing that they can afford.
We rely on you for your donations to help Puente provide rental assistance, utility assistance and supportive services directly related to the prevention of homelessness to individuals and families who are in danger of eviction, foreclosure or homelessness or are currently homeless. Your dollars help us advocate for our community’s fair share of housing dollars and for long-term affordable housing solutions for the South Coast.
La lucha continua: viviendas en la Costa Sur
La escases de viviendas está creando una situación en nuestra región donde el dinero habla más que nada. Un apartamento de una habitación se renta fácilmente por $1,500 al mes. Para unos de los participantes de Puente, esto significa la mitad o más de sus ingresos mensuales dedicados para su renta, dejando muy poco para otros gastos necesarios. En Puente, escuchamos acerca de la necesidad de viviendas todo el tiempo. ¿Entonces qué pasa cuando alguien no encuentra un lugar para vivir?
Hay personas en la Costa Sur viviendo en lugares que nadie no se imagina y que solo pocas personas, sus vecinos o amistades más cercanas, conocen la situación. En lugares como La Honda y Pescadero, las personas sin hogar son casi indetectables. Unas de estas personas cuentan que duermen en el bosque o en pequeñas bodegas. Durante estos meses de frio y días de lluvia, algunos se preocupan por sus vecinos que duermen afuera, y les ofrecen sus salas para pasar la noche. Muchas veces, este acto de bondad es un secreto bien guardado porque ellos también arriesgan su propia vivienda dejando que una persona se quede a dormir.
Recientemente, un participante de Puente compartió su preocupación acerca de las viviendas conmigo. El compartió sus pensamientos y como él ha abierto sus puertas en estas noches frías y de lluvia para aquellos que él sabe duermen en un carro. Él les ha ofrecido su sala. Estas personas agradecidas comprenden que tienen que ser discretas. El compartió que ha visto una familia viviendo en un lugar sin piso, solo tierra. Él dice que es triste ver eso. También cuenta que hay hombres pagando $250.00 en un rancho por un cuarto compartido y baños comunales con varias más personas. Las condiciones son tan malas e incomodas que, si él tuviera que escoger entre vivir allí o en su auto, se quedaría en el auto.
En la Costa no hay albergues. Estas opciones existen, pero están al otro lado de las colinas. Cuando alguien viene a Puente preguntando por viviendas o “rentas” muy pocas veces eligen ir a un albergue. Las razones son tantas – la distancia, la falta de transportación pública y privada para llegar al trabajo o para ir a dejar a los niños a la escuela, el riesgo de perder el empleo, y porque mudarse fuera del área simplemente causaría más interrupciones, esta clase de ayuda no vale la pena, dicen. El año pasado, dos familias se mudaron lejos de la Costa Sur a pueblos cerca de Sacramento donde las viviendas y rentas son más accesible. Estas mudanzas también tienen un impacto en la economía local Agrícola. Los ranchos quedan con menos trabajadores y el sistema escolar pierde alumnos.
Como unas de las ocho agencias CORE en el condado de San Mateo, Puente asiste a residentes locales con recursos para pagar su renta o con el depósito para una vivienda, todo con la meta de prevenir el desalojo. Nuestro equipo de navegadores, asisten a individuos y familias, a completar la solicitud para estos programas. Cuando familias o individuos no califican, Puente utiliza sus recursos y dinero de fundaciones para proveer asistencia y apoyo financiero. Puente aboga por viviendas y en lo posible, conecta a personas con viviendas cuando nos enteremos que existe una vivienda disponible para alquilar.
Uno tiene que conocer la Costa Sur para entender como la crisis de las viviendas está afectando a las comunidades de Pescadero y La Honda, especialmente cuando las viviendas están conectadas con fuentes de empleo, como en el caso de las viviendas para los trabajadores del campo.
Puente está investigando y explorando maneras para solucionar esta crisis de una manera sistémica con el apoyo de la fundación de San Francisco. En el 2015, Puente colaboró con el condado de San Mateo para conducir un estudio sobre las viviendas para trabajadores del campo. Los trabajadores y agricultores reconocen la necesidad de viviendas. Están de acuerdo que el futuro de la industria y la economía depende de crear más viviendas en la costa sur. Hay un déficit de aproximadamente 1,000 viviendas a un precio accesible. Por el momento vemos a nuestros amigos y vecinos mudándose a regiones donde las viviendas son más accesibles.
Dependemos en sus donaciones para ayudar a Puente a proporcionar asistencia para la renta, servicios públicos y servicios de apoyo directamente relacionados con la prevención de personas sin hogar para personas y familias que corren el riesgo de ser desalojadas, que se queden sin hogar o que actualmente no tienen hogar. Sus dólares nos ayudan a abogar por una distribución justa de dólares para viviendas en nuestra comunidad y para buscar soluciones de viviendas sostenibles a largo plazo para la Costa Sur.