Los martes por la tarde, la música desborda el salón multiusos de la escuela primaria en Pescadero. Dentro, mujeres de todas las edades y unos cuantos hombres valientes están sudando y sonriendo mientras saltan, se agachan, se contonean y bailan por el gimnasio. Una mujer con una playera de estampado brillante y mallas verde neón dirige a esta multitud al frente del salón, dando palmas y animando a todo mundo. Bienvenidos a las clases de zumba de Erika. Erika es el furor de la zumba en Pescadero, inspirando cada semana a su comunidad a moverse, meneo a meneo, contoneos a contoneo.
La zumba -una clase de una hora de movimientos de baile coreografiado diseñada para tener un ritmo cardíaco alto- es reconocida ahora nacionalmente como una de las maneras más divertidas de hacer ejercicio cardio. La zumba implica danza y movimientos aeróbicos al ritmo de música animada. La coreografía incorpora hip-hop, soca, samba, salsa, merengue y mambo.
Erika comenzó a ir a zumba por primera vez en 2010 cuando comenzó en Puente, y dice que, aunque siempre quería estar al frente para aprender los pasos, ella era tímida y al principio no se veía a sí misma como instructora, como una líder. Pero cuando Puente necesitó más instructores en 2013, decidió lanzarse. “Mi primera clase” dice “no quería que la gente me mirara, pero ahora hago contacto visual y reconozco a la gente cuando vienen a la clase y conectamos”.
Diversos estudios muestran que la zumba es una forma efectiva de incrementar la forma física aeróbica, el tipo de ejercicio que mantiene el corazón sano, reduce la presión sanguínea, y puede ayudar a prevenir o a controlar la diabetes y otras enfermedades crónicas. Los participantes han mencionado perder peso y tener más confianza en sí mismos al caminar y correr conforme hacían ejercicio habitualmente.
Y sin embargo, aunque los beneficios de salud del ejercicio cardiovascular regular son innegables, lo que sorprende a uno al entrar a la habitación es la comunidad. La mayoría de las noches, tres generaciones de miembros de la comunidad están bailando, desde bebés en brazos hasta abuelas, estudiantes de primaria o de preparatoria, madres, padres y más. Hay viejos amigos, hay nuevos amigos. Pero ser parte de esta activa comunidad es aún más profundo. Más allá de las carcajadas y el baile, la zumba es parte de un número de programas que Puente ofrece para reducir el aislamiento, y se ha comprobado que ayuda con la depresión posparto. Aunque no todo el mundo entiende español, Erika se asegura de que todo el mundo se sienta bienvenido, y de que bailen de cualquier manera que se sientan inspirados, ¡siempre y cuando se muevan!
Erika comenta, “me siento como una fuente de apoyo para la gente. Soy voluntaria porque sé que la gente cuenta conmigo”. El programa se lleva a cabo completamente mediante voluntarios, con apoyo de Puente en lo administrativo, y la coordinación, el cuido de niños y la comunicación, y las clases tienen lugar dos veces a la semana en Pescadero y una vez a la semana en La Honda. Desde su comienzo en 2010 en Pescadero y hace casi dos años (julio de 2015) en La Honda, cerca de 140 adultos han estado marcando un pasodoble en su camino a la salud y muchos más niños han aprendido acerca de los hábitos de ejercicio saludable uniéndose a la diversión.
La zumba en La Honda también está causando sensación. La instructora Siobhan Togliatti dice que, aunque el grupo es pequeño, ¡tienen fuerza y están dedicados! Se reúnen cada miércoles por la noche en el gimnasio de la escuela de La Honda para disfrutar los mismos beneficios – una fiesta de baile y la oportunidad de conectar con vecinos a los que de otro modo uno no vería regularmente.
Erika y su familia se van a mudar a Sacramento en abril, y cerca de 40 personas vinieron al gimnasio el pasado martes para celebrar y asistir a su última clase. Aunque se echarán tremendamente de menos la energía y el calor humano de Erika, su legado a la comunidad se hará sentir durante años. Tres instructores voluntarios de zumba más han dado un paso al frente para cubrir las clases de Erika mientras otros miembros de la comunidad reciben entrenamiento.
Erika dice “la salud es algo de lo que no oí mucho mientras crecía. Mi consejo para las personas que quieren estar sanas o empezar a moverse más es utilizar lo que tienen, y hacer algo que disfruten. Vayan a dar un paseo, monten en bicicleta, vayan a la playa -no necesitan un gimnasio. ¡Utilicen lo que está disponible para ustedes!” No sólo se están tomando al pie de la letra esto los adultos, sino que también la juventud que mira y se une a las clases está aprendiendo formas de ser activos y estar sanos de por vida. Dos estudiantes de la preparatoria han sido ya entrenados como instructores y ayudarán a enseñar las clases durante el verano. Traen un nuevo espíritu a la pista de baile.
¿Y la esperanza de Erika para el futuro de la zumba en Pescadero? ¡Más clases y más instructores! “Lo que hemos empezado aquí tiene que continuar” dice. Juntos, están uniendo a la gente y creando nuevas formas de hábitos comunitarios saludables, uno que es simplemente divertido.
El programa de zumba de Puente recibe el apoyo de la Fundación Bella Vista y también donaciones de participantes del programa. Para apoyar los esfuerzos de salud de Puente, haga clic aquí.