Puente ensures dental care for farm workers

For some people, getting dental care can be an afterthought. For those who have been to the dentist only once or twice in their lives – or maybe never – it might even seem like a luxury.

In and around Pescadero, farm workers and their families have historically fallen into one of those two groups. Reaching the nearest dental office required a long haul to either Half Moon Bay or San Mateo – up to 45 minutes’ commute each way. Weekday office hours would essentially oblige someone to take a day off work – not too appealing. Easier to skip the dentist.

But not anymore. Now, going to the dentist is as easy as stopping by Pescadero High School on Thursdays and Fridays twice a month.

“We encounter people who have never been to the dentist. Others haven’t seen a dentist in ten or twenty years,” says Tricia O’Hara, Community Health Manager for Puente.

Puente’s adult dental clinic originated in 2016. It exists thanks to a partnership with Sonrisas Dental Health of Half Moon Bay and a grant from San Mateo County. Their Health Care for the Homeless & Farm Worker Health program delivers high-quality care to vulnerable patients at a fraction of the cost.

Thanks to that funding source, visits to the Puente dental clinic cost $25, no matter what service or procedure is required. Services include deep cleanings, fillings, onsite X-ray imaging, extractions, and even dentures.

“Local farm workers are able to get access to really great dental care for much cheaper than they can find in other places,” O’Hara says.

The proximity factor is huge, too. “We have participants who are working in fields five minutes away, and they can be seen by the dentist and only miss an hour or two of work, as opposed to their whole day,” she adds. Puente also arranges for free transportation when needed. From May 2018- May 2019, this program has led to 284 dental exams for 82 participants.

The Pescadero dental “office” is not a typical clinic. It’s an improvised space inside a conference room on Butano Cutoff Road that hosts meetings for the La Honda-Pescadero Unified School District Board of Trustees. It’s staffed by Sonrisas (Dr. Gabriella Bateman and her team) and Puente (Community Health Associate Maricela Zavala and Puente’s Promotoras). On clinic days, they pull in tall screens to set up a reception area and wall off a treatment zone. Sonrisas wheels in its portable equipment.

Word has spread about the clinic, thanks in large part to the consistent efforts of Puente’s “Promotoras de Salud,” or Community Health Workers, who go from farm to farm doing outreach to farm workers and families. They answer questions and help connect participants to Puente’s medical and dental programs.

The dental clinic treats up to seven participants a day, or 21 per month if they are all one-time patients.

“There’s definitely a high demand. We have a waiting list. When I came to Puente a year ago, it was over 100 people long. We’ve gotten through a lot of them – it’s now 40 or 50 people,” says O’Hara, who is part of a team that handles people’s health history and other paperwork during appointments, which includes processing referrals for dental work that can’t be done in-house.

The clinic wait list sometimes includes participants who are struggling with chronic tooth pain, however Puente prioritizes people who are facing acute dental emergencies.

“[When] someone comes to us who in pain, we can generally fit them in pretty quickly,” says O’Hara.

Even though they know they need to see the dentist, participants can be fairly fearful when they walk into the clinic for the first time. That’s why Puente always has its Promotoras on hand during dental clinic hours: seeing the friendly face of a trusted acquaintance can soothe jangled nerves.

“It’s someone participants are familiar with, who’s already been helping them,” explains O’Hara.

Puente previously pioneered dental care for other underserved groups on the South Coast. In June 2018, Puente’s childcare co-op invited the Ravenswood Family Health Care Center to come to Pescadero and set up its mobile dental clinic in a Puente classroom for one day a month. Ravenswood brings a child-sized dental chair and other essential equipment, along with some toys. Five children aged 18 months to three years have seen the dentist – most of them for the first time.

And before its current iteration, Puente teamed up with Sonrisas on a pilot program, to offer “field” dental work in its truest form. Back in 2014, Sonrisas would literally set up its portable dental chair in artichoke fields and do screenings for participants on their lunch break.

They would then receive personalized referrals for low-cost follow-up appointments at Sonrisas, which Puente would help them keep (and get to in Half Moon Bay).

It was a limited test run, but without those early programs, Puente would never have been able to develop its current service with Sonrisas.

“It’s something people really seem to appreciate,” O’Hara says.

If you would like to continue supporting Health and Wellness Program in the community, please consider making a donation today.

 

Puente asegura atención dental para trabajadores agrícolas.

Para algunas personas, obtener atención dental puede ser una necesidad poco prioritaria. Para aquellos que han ido al dentista sólo una o dos veces en sus vidas, o tal vez nunca, incluso puede parecerles un lujo.

En Pescadero, históricamente, los trabajadores agrícolas y sus familias han caído en uno de esos dos grupos. Ir al consultorio dental más cercano requería un largo recorrido hacia Half Moon Bay o hacia San Mateo, lo que implicaba hasta 45 minutos de viaje. Con horas de visita  sólo los días de semana, esto esencialmente les obligaban a tener que tomarse un día libre, lo cual no era atractivo porque significaba un día sin paga. A fin de cuentas era más fácil no ir al dentista.

Esto por fin se acabó. Ahora, ir al dentista es tan fácil como ir dos veces al mes, los jueves y viernes, a la Preparatoria de Pescadero.

“Nos encontramos con personas que nunca han estado en el dentista. Otros, no han visto a un dentista en diez o veinte años,” dice Tricia O’Hara, Gerente de Salud Comunitaria de Puente.

La clínica dental para adultos de Puente se originó en 2016. Existe gracias a la asociación de Puente con Sonrisas Dental Health de Half Moon Bay y una subvención del Condado de San Mateo. Su programa de Atención Médica para Personas sin Hogar y Salud de Trabajadores Agrícolas, brinda atención de alta calidad a pacientes vulnerables a una fracción del costo.

Gracias a esa fuente de financiamiento, las visitas a la clínica dental de Puente cuestan $25, sin importar qué servicio o procedimiento se requiere. Los servicios incluyen limpiezas profundas, empastes, radiografías in situ e incluso dentaduras postizas.

“Los trabajadores agrícolas locales pueden obtener acceso a un excelente cuidado dental de una manera mucho más barata que lo que pueden encontrar en otros lugares,” dice O’Hara.

El factor de proximidad es enorme también. “Hay participantes que están trabajando en los campos a cinco minutos de distancia, y sólo tienen que faltar una o dos horas de trabajo para ver al dentista, a diferencia de todo el día,” agrega. Puente también organiza transporte gratuito cuando sea necesario. De mayo 2018 a mayo del 2019, este programa ha hecho 284 exámenes dentales para 82 participantes.

El “consultorio” dental de Pescadero no es una clínica típica. Es un espacio improvisado dentro de una sala de conferencias del Distrito Escolar Unificado de La Honda-Pescadero. Está compuesto por Sonrisas (Dra. Gabriella Bateman y su equipo) y Puente (O’Hara, junto con la Asociada de Salud Comunitaria Maricela Zavala). En los días de clínica, colocan algunas pantallas altas para configurar un área de recepción y tapan una zona de tratamiento. Sonrisas llega con su equipo portátil.

Se ha corrido la voz acerca de la clínica, gracias en gran parte a los esfuerzos constantes de las “Promotoras de Salud” de Puente que van de un rancho a otro haciendo actividades de divulgación a los trabajadores y familias. Responden preguntas y ayudan a conectar a los participantes con los programas médicos y dentales de Puente.

La clínica dental atiende hasta siete participantes por día, o 21 por mes.

“Definitivamente hay una gran demanda. Tenemos hasta una lista de espera. Cuando vine a Puente hace un año, había 100 personas. Hemos ayudado a muchos de ellos, ahora sólo quedan 40 o 50 personas por atender” dice O’Hara, que forma parte de un equipo que se encarga del seguro de salud de las personas y otros trámites durante las citas, lo que incluye el procesamiento de referencias para trabajos dentales que no se pueden realizar en la clínica”.

La lista de espera de la clínica incluye participantes que están luchando contra el dolor crónico de los dientes. Puente también da prioridad a las personas que enfrentan emergencias dentales agudas.

“Si un participante llega con un dolor fuerte, generalmente le podemos dar una cita con bastante rapidez,” dice O’Hara.

A pesar de ser conscientes que necesitan ir a ver al dentista, los participantes pueden tener bastante miedo al entrar en la clínica por primera vez. Es por eso que Puente siempre tiene a sus promotoras a mano durante las horas de clínica dental: ver la cara amable de un/a conocido/a de confianza puede calmar los nervios de los participantes.

“Es alguien con quien los participantes están familiarizados, quien ya los ha estado ayudando,” explica O’Hara.

Puente fue pionero en el cuidado dental para otros grupos desatendidos en la Costa Sur. En junio de 2018, la cooperativa de cuidado de niños de Puente invitó al Centro de Atención de Salud Familiar de Ravenswood para que viniera a Pescadero y estableciera su clínica dental móvil en un salón de clases de Puente por un día. Ravenswood trajo una silla dental para niños y otros equipos esenciales, junto con algunos juguetes. Cinco niños de 18 meses a tres años visitaron al dentista, la mayoría de ellos por primera vez.

Y antes de su relación actual, Puente se unió a Sonrisas en un programa piloto, para ofrecer trabajo dental de “campo” en su forma más verdadera. En 2014, Sonrisas instalaría literalmente su silla dental portátil en campos de alcachofas y realizará exámenes de detección para los participantes en su hora de almuerzo.

Luego recibirán referencias personalizadas para citas de seguimiento de bajo costo en Sonrisas en Half Moon Bay, y con los que Puente les ayudaría también.

Fue una programa piloto limitado, pero sin él Puente nunca habría podido desarrollar su servicio actual con Sonrisas.

“Es algo que la gente realmente parece apreciar,” dice O’Hara.

Si desea continuar apoyando a los programas de Salud y Bienestar en la comunidad, considere hacer una donación hoy.

Two hardworking Puente youth get into their dream colleges. Dos jóvenes del programa de Puente son aceptados en las universidades  de sus sueños.

Left to Right: Emma Jacquez and Brandon Marin

Someday, Emma Jacquez and Brandon Marín’s high school years may seem like a remote island they lived on for four years until they could build a reliable boat and set sail to see the world.

On the far shore, college was always in sight. Beyond it, foggier and more distant still, a glimpse of a rewarding career. But now it’s all getting a lot closer.

Jacquez, 17, and Marín, 18, both just found out that they’ve been admitted to the college of their dreams. They’re on track to graduate from Pescadero High School. In June, they’ll receive their diplomas together with about 15 of their peers – students they’ve known all their lives, who have become like family.  Their cohort has mostly gone to the same schools together, year after year.

“Honestly, I’ve been very ready to graduate for the past four years,” says Jacquez, who is headed for University of Oregon in Eugene in September. “I think graduation represents getting out of this small town.”

But for the time being, it’s their South Coast enclave that feels most real, and the outside world that’s a bit more remote.

Jacquez and Marín, who is headed to UC Berkeley in the fall, are both veterans of Puente’s summer Youth Leadership and Development Program. They both come from hard-working families.

Marín grew up in farm-owned housing, where his father works in the fields. He has several siblings, and space is tight. He describes himself using words like “competitive” and “ambitious.” He’s worked hard for top grades. He’s spent four solid summers getting work experience with Puente, all while balancing high school, side jobs, and a load of advanced classes he took at Cañada College for personal enrichment and with an eye towards possibly graduating early from UC Berkeley. Suddenly, his dreams of a career in biomedicine – or another STEM field, he hasn’t decided – are that much closer to reality.

“I’m debating between research and engineering, and being a doctor,” he says.

Jacquez grew up in an isolated enclave between La Honda and Pescadero. She’s always hungry for information, and has spent a lot of time getting to know the world by educating herself, especially on the topic of climate change. Her passions run deep: for music, for sports, for photography and for the environment. And for University of Oregon, where she thinks she will most likely study business administration with a focus on sports.

She applied to nine colleges, but her first choice was always University of Oregon because her older sister went there as well. Jacquez fell in love with the campus and the whole Oregon vibe when she visited her there. Living in Eugene will be quite different from the South Coast, where her mom works as a cashier and her dad works in maintenance at a camp in La Honda.

Puente helped both students get into their dream schools, and helped with financial considerations as well.

“Puente really helped me pay to take my SATs, and helped with sending my score to my schools, sending my applications, and all these other little things I didn’t know I had to pay for,” she says. “In total, it easily added up to $1,000.”

Jacquez has struggled in math and chemistry. Puente found her a tutor to help her raise her grades before applying to colleges. In her summer with the youth program, Puente helped her tighten her résumé.

“And they went over my college applications with me like five times. They looked at all my extracurriculars and they made sure I included all of those. It was super helpful,” she adds.

“Colorful and vibrant” are the words Puente Education Director Lizeth Hernandez uses to describe Jacquez, who sings and plays ukulele, and can play drums and guitar. “She finds humor and joy in all the activities she engages in, and more importantly, has a genuine interest in all that she does.”

Puente has had a role in Marín’s life since he was 14, when he first joined Puente’s summer Youth Leadership and Development Program. One summer, he worked in the Puente office; another summer, he was an intern working at the Computer History Museum in Mountain View. Last year, he shadowed Puente’s team of Community Health Workers, or Promotoras.

Puente’s youth program staff helped Marín believe he could take on the world. “Over the years, they’ve provided a lot of help with examples of careers to look into,” he says.

Puente found Marín tutors to help him with math homework. “I had a lot of trouble with math early on. I spent a lot of time on that, and sciences as well,” says Marín.

Despite those challenges, he’s made the sciences his forte. And he loves math. He’s even taking advanced calculus classes at Cañada College in his spare time. “I worked for these to become my strongest suits,” he says.  

In his senior year, Hernandez and Puente Education Associate Monica Resendiz helped Marín with his college application essays. They helped him apply for scholarships to pay for school. And they also set him up with a donor who could help fund some of his college expenses. “That was a really big one,” says Marín.

His years of effort made the moment he got into UC Berkeley even sweeter.  He was checking his email over and over, refreshing his inbox to see whether he’d been accepted. Then he thought he should also check his spam inbox… and there it was, the letter that started out with the word “Congratulations.”

“I yelled really loud when I found out. I called for my parents… They’re really, really happy. My  brother and sisters started to send me messages, to congratulate me. It was a really fun day.”

Hernandez was thrilled to hear that Marín was admitted to UC Berkeley, but not at all surprised. “He’s a determined and persistent young man,” she says. “In the time leading up to college application deadlines, Brandon could always be found at Puente, working on perfecting his essays.”

Jacquez and Marín both have parents who strongly support their college and career ambitions, and that has made a huge difference. Jacquez can’t wait for her parents to be the ones to visit her on campus in Eugene, where she’ll test out her independence for the first time.

Marín has been looking forward to showing his parents the UC Berkeley campus as well. He’s seen it, but they haven’t. He has his ideal dorm picked out already, and he’s located the buildings where he’ll probably be taking most of his classes.

“It’s really nice – I want to show them where I’m going to be living the next four years,” he says.

 

It is with the support of donors like you that we can provide support to Emma, ​​Brandon and more students. From academic support, university scholarships, leadership development and paid professional practices for young people in the South Coast. All donations made from now until May 2 will double! If you want to support more young people in the community consider making a donation today.

 

Dos jóvenes del programa de Puente son aceptados en las universidades  de sus sueños.

Algún día, los años en la preparatoria de Emma Jacquez y Brandon Marín parecerán una isla remota en la que vivieron durante cuatro años hasta que pudieron construirse un barco de confianza para lanzarse y ver mundo.

En su horizonte, la universidad siempre estaba a la vista. Más allá de él, y más distante aún, se veía una carrera gratificante. Pero ahora todo se está acercando a su orilla con más rapidez.

Tanto Jacquez, de 17 años, como Marín, de 18, fueron notificados recientemente que habían sido admitidos a la universidad de sus sueños. Ahora están en camino de graduarse de la preparatoria de Pescadero. En junio, recibirán sus diplomas junto con aproximadamente 15 de sus compañeros, estudiantes que han conocido toda su vida, y que se han convertido en su familia. La mayoría de sus compañeros han ido a las mismas escuelas juntos, año tras año.

“Honestamente, he estado lista para graduarme los últimos cuatro años,” dice Jacquez, quien se dirige a la Universidad de Oregón en Eugene en septiembre. “Creo que lo que la graduación representa realmente es salir de esta pequeña pueblo.”

Pero por el momento, es su vida en la costa sur lo que se siente más real, y el mundo exterior es un poco más remoto.

Jacquez y Marín, el cual irá  a UC Berkeley en el otoño, son veteranos del Programa de Desarrollo, Empleo y Liderazgo Juvenil de Puente. Ambos provienen de familias muy trabajadoras.

Marín creció en una finca que provee vivienda y donde su padre trabaja. Él tiene varios hermanos, y el espacio donde viven, es estrecho. Se describe a sí mismo usando palabras como “competitivo” y “ambicioso”. Ha trabajado muy duro para obtener buenas calificaciones. Pasó cuatro veranos ganando experiencia de trabajo con Puente, todo mientras equilibraba la preparatoria, trabajos paralelos y un montón de clases avanzadas que tomó en Cañada College para enriquecimiento personal y con miras a posiblemente graduarse temprano de UC Berkeley. De repente, sus sueños de una carrera en biomedicina, u otro campo de ciencias, ingeniería o technología, aún no lo ha decidido, están mucho más cerca de la realidad.

“Estoy debatiendo entre la investigación y la ingeniería, o ser un médico,” dice.

Jacquez creció en un lugar aislado entre La Honda y Pescadero. Siempre está deseosa de información y ha pasado mucho tiempo conociendo mundo y educándose a sí misma, especialmente sobre el tema del cambio climático. Sus pasiones son profundas: por la música, los deportes, la fotografía y el medio ambiente. Y también tiene pasión por la Universidad de Oregón, donde cree que probablemente estudiará administración de empresas con enfoque en los deportes.

Mandó solicitudes a nueve universidades, pero su primera opción siempre fue la Universidad de Oregón porque su hermana mayor también fue allí. Jacquez se enamoró del campus y de toda el ambiente de Oregón cuando la visitó allí. Vivir en Eugene será bastante diferente de la Costa Sur, donde su madre trabaja como cajera y su padre trabaja en el mantenimiento de un campamento.

Puente asistió a ambos estudiantes a aplicar para las escuelas de sus sueños y también les ayudó con consideraciones financieras.

“Puente me ayudó a pagar mis exámenes SAT y me ayudó a enviar mi puntuación a mis escuelas, enviar mis solicitudes y todas esas otras cosas pequeñas que no sabía que tenía que pagar,” dice ella. “En total, se agregaron fácilmente hasta $1,000.”

Jacquez ha luchado siempre con las matemáticas y la química. Puente le encontró un tutor para ayudarle a mejorar sus calificaciones antes de mandar solicitudes para las universidades. En su verano con el programa juvenil, Puente la ayudó a ajustar su currículum.

“Y repasaron mis solicitudes universitarias conmigo como cinco veces. Miraron todos mis programas extracurriculares y se aseguraron de que los incluyera todos. Fue muy útil,” añade.

“Colorida y vibrante” son las palabras que utiliza la Directora de Educación de Puente, Lizeth Hernández, para describir a Jacquez, quien canta y toca el ukelele, y también puede tocar la batería y la guitarra. “Encuentra el humor y la alegría en todas las actividades en las que participa, y lo que es más importante, tiene un interés genuino en todo lo que hace.”

Puente ha tenido un papel en la vida de Marín desde que tenía 14 años, cuando se unió por primera vez al Programa de Empleo, Desarrollo y Liderazgo Juvenil. Un verano, trabajó en la oficina de Puente; otro verano, aceptó trabajar en el Museo de Historia de la Computación en Mountain View. El año pasado, acompañó al equipo de Trabajadoras de la Salud Comunitaria o Promotoras de Puente cuando salían a hacer sus visitas a los ranchos.

El personal del programa juvenil de Puente ayudó a Marín a tener confianza en que sí es posible conquistar el mundo. “A lo largo de los años, me han brindado mucha ayuda con ejemplos de carreras a tener en cuenta,” dice.

Puente encontró a tutores para Marín para que lo ayudaran con las tareas de matemáticas. “Tuve muchos problemas con las matemáticas desde el principio. Pasé mucho tiempo en eso, y también en ciencias,” dice Marín.

A pesar de estos desafíos, ha hecho de las ciencias su fuerte. Y le encantan las matemáticas. Incluso está tomando clases de cálculo avanzado en Cañada College en su tiempo libre. “Trabajé para que éstas se convirtieran en mis asignaturas más fuertes,” dice.

En su último año, Hernández y la Asociada de Educación de Puente, Monica Resendiz, ayudaron a Marín con sus ensayos de solicitud de ingreso a la universidad. Lo ayudaron a solicitar becas para pagar la escuela. Y también lo pusieron en contacto con un donante que podría ayudar a financiar algunos de sus gastos universitarios. “Eso fue realmente lo mejor,” dice Marín.

Sus años de esfuerzo hicieron que el momento en que ingresó a la Universidad de Berkeley fuera aún más dulce. Estaba revisando su cuenta de correo electrónicos una y otra vez, refrescando su bandeja para ver si había sido aceptado. Luego pensó que también debería revisar su bandeja de correo donde va el spam… y ahí estaba, la carta que comenzaba con la palabra “Felicitaciones.”

“Lancé un grito cuando me enteré. Llamé a mis padres … se sintieron realmente felices. Mi hermano y hermanas comenzaron a enviarme mensajes para felicitarme. Fue un día realmente excepcional.”

Hernández se emocionó al saber que Marín fue admitido en UC Berkeley, pero no estaba en absoluto sorprendida. “Es un joven decidido y persistente,” dice ella. “En el tiempo previo a los plazos de solicitud de ingreso a la universidad, Brandon siempre se podía encontrar en Puente, trabajando para perfeccionar sus ensayos.”

Jacquez y Marín tienen padres que apoyan firmemente sus ambiciones universitarias y profesionales, y eso ha hecho una gran diferencia. Jacquez está contenta y espera que sus padres sean los que la visiten en el campus de Eugene, donde probará su independencia por primera vez.

Marín también ha estado esperando mostrar a sus padres el campus de UC Berkeley. El lo ha visto, pero sus padres todavía no. Ya ha elegido su dormitorio ideal que está ubicado en los edificios donde probablemente tomará la mayoría de sus clases.

“Es muy bonito, quiero mostrarles dónde viviré los próximos cuatro años,” dice.

 

Es con el apoyo de donantes como usted que podemos proporcionar apoyo a Emma,  Brandon y más estudiantes como ellos. Desde apoyo académico, becas universitarias, desarrollo de liderazgo y prácticas profesionales pagadas para jóvenes en la Costa Sur. ¡Todas las donaciones hechas desde ahora hasta el 2 de mayo se duplicarán! Si desea apoyar a más jóvenes de la comunidad considere hacer una donación hoy.

A Night of Science on the South Coast. Una Noche de Ciencia en la Costa Sur.

Puente de la Costa Sur, in collaboration with Stanford University’s Haas Center and La Honda-Pescadero Unified School District, hosted its annual Science Night for South Coast residents on Thursday, April 4. This yearly collaboration allowed all families in our region to participate in hands on learning and community building.

As children were greeted at the entrance, all received a string bag with a microscope, pipettes, field notebook, Ph strips to test water and a few other goodies. Children and parents had the opportunity to participate in over 21 stations of activities that explored the themes of Life, Fire, Earth, Water, and Wind; in addition to this, families also explored activities provided by Puente’s Behavioral Health & Recovery Services team around the effects of alcohol.  The behavioral health team used “drunk goggles” that simulated a .08% blood alcohol level and asked parents and students to walk on a line, pick up ball, and to stack cups. This activity helped stimulate conversation about how alcohol affects our community.

Barbara Amezcua and her son have attended Puente’s Science Night every year. Barbara enjoyed this year’s event noting, “my son’s was amazed with all the activities. One activity that really stood out to him was the one where he had to connect a battery to a piece of foil that had charcoal. He learned about how solar energy makes things work.”

There were also healthy snacks for families and both parents and children were encouraged to participate equally. In addition, the San Mateo County Sheriff’s office was on site to promote the CARON program and other Sheriff’s activities league programs for kids. A station with activities for toddlers was created and led by Puente’s Lead Teacher of the Sueños Unidos/United Dreams Parent Coop. Beyond the exploration of student’s intellectual curiosity, Pescadero Elementary multipurpose room filled with the joy and laughter of our community members enjoying the event and each other, community building at its finest!

Through our shared partnership, families were able to experience firsthand STEM activities through an experiential and inclusive learning platform.

If you would like to support children’s activities and programs like these, please consider donating today.

Click here to read “Curiosity crackles at Puente science night” by the Half Moon Bay Review. 

Una Noche de Ciencia en la Costa Sur

Puente de la Costa Sur se asoció con el Centro Haas de la Universidad de Stanford y el Distrito Escolar Unificado de La Honda-Pescadero, celebro su Noche de la Ciencias para los residentes de la Costa Sur el jueves 4 de abril. Esta colaboración anual permitió a todas las familias de nuestra región participar en actividades de aprendizaje y desarollo comunitario.

Cuando los niños fueron recibidos en la entrada, todos recibieron una bolsa con un microscopio, pipetas, cuaderno de campo, tiras de Ph para probar el agua y algunas otras cositas. Los niños y los padres tuvieron la oportunidad de participar en más de 21 estaciones de actividades que exploraron los temas de Vida, Fuego, Tierra, Agua y Viento; Además de esto, las familias también exploraron las actividades proporcionadas por el equipo de Servicios de Consejería de Puente alrededor de los efectos del alcohol. El equipo de consejería usó “gafas borrachas” que simularon un nivel de alcohol de .08% y les pidió a los padres y estudiantes que caminaran en una fila, levantaran una pelota y apilaran tazas. Esta actividad ayudó a estimular conversaciones sobre cómo el alcohol afecta a nuestra comunidad.

Barbara Amezcua y su hijo asisten cada año a la Noche de Ciencia organizada por Puente. “Mi hijo se sorprendió mucho y le encantaron todas las actividades. Una actividad que realmente le encantó fue una en la que tuvo que conectar una batería a un pedazo de papel de aluminio que tenía carbón. Aprendió cómo producir energía solar para hacer funcionar las cosas.”

También hubo bocadillos saludables para las familias y tanto los padres como los niños fueron alentados a participar por igual. Además, la oficina del Sheriff del Condado de San Mateo asistió para promover el programa CARON y otros programas de la liga de actividades para niños. Una estación con actividades para niños pequeños fue creada y dirigida por la maestra principal de la Cooperativa de Padres de Puente “Sueños Unidos”. Más allá de la exploración de la curiosidad intelectual de los estudiantes, el salon múlti-uso de Pescadero Elementary se llenó de alegría y la risa de los miembros de nuestra comunidad que disfrutaron tanto del evento como de las relaciones sociales provocadas por éste.

A través de nuestra asociación compartida, las familias pudieron apreciar de cerca las actividades de STEM a través de una plataforma de aprendizaje experimental e inclusiva.

Si desea apoyar las actividades y programas para niños como éstos, por favor considere hacer una donación hoy.

Haga clic aqui si desea leer el reportaje del periodico de Half Moon Bay “Curiosity crackles at Puente science night.”