Adult classes help students cope in a difficult climate

ESL Students practice ordering food at Station Night. Estudiantes de ESL practican ordernar comida en la noche de estaciones.

Most community English as Second Language (ESL) classes don’t test students’ knowledge of spoken English by having them play-act a scenario where Immigration and Customs Enforcement agents show up at their front door and ask to be let in. But Puente isn’t most places.

Station Night, a series of role-playing ‘stations’ created by Puente and staffed by local volunteers, tests students’ ESL proficiency at the end of the semester with English language scenarios. Depending on their level of proficiency, students enact scenes that reflect actual, day-to-day scenarios in their lives.

The ICE home visit station was a brand-new scenario Puente staff added to Station Night in December, while many ESL students are Green Card holders or citizens, this activity reflects the realities many have living without documents in today’s political climate.

“This is just a scenario for which we wanted students to be prepared as much as possible,” says Lizeth Hernandez, Puente’s Education Director. “We also provided students with red cards [to communicate with agents] so if they didn’t want to speak, they didn’t have to – they could just slip them under the simulated ‘door.’  But some students were more vocal and they said, ‘If you don’t have a warrant, I won’t open the door.’”

Students went home with important knowledge about a potential encounter with ICE. They also practiced their English at stations where they simulated scenarios like how to handle the aftermath of a car accident (like exchange information and file a police report), and what to do if they get a scam call – and how to tell that it is a scam.

Puente’s message is that communication is not just a minor aspect of polite social behavior. Language itself is a tool that can help students navigate the most important (and frightening) moments in life.

“Many of the ESL students did not have an opportunity to start or finish their education. Their stories are about being in the U.S. and trying to survive. A lot of them come wanting to learn survival English,” says Monica Resendiz, the newest instructor in Puente’s Adult Education program.

Resendiz teaches one beginner ESL and two levels of Spanish. Her ESL students enjoy learning the proper tenses and basic building blocks of the English language, but they also have an urgent need to learn basic conversational sentences. They need to know the days of the week, and how to make an appointment.

The new semester kicked off in mid-January with four ESL classes for adults, at levels ranging from beginner to advanced. Puente also re-launched Spanish classes in Pescadero that drew a record number of students.

Speaking of records, Puente enrolled 36 students in the second semester of its popular Early Childhood Education class that Puente offers in conjunction with Cañada College and La Costa Adult School. Students are coming from as far away as Half Moon Bay for the opportunity to earn a professional certification toward working with young children in a preschool setting.

The class serves a vocational purpose: at the end of the two-year cohort, graduating students will be eligible for a state license to become an assistant teacher at a preschool or parent co-op.

“When we talk about education opening doors, it can be an abstract idea. Whereas this is tangible, and it makes it more enticing. It’s a shorter trajectory with something physical at the end of it that they have earned,” says Hernandez.

Puente’s ESL classes have also evolved to the point where Puente is switching to a year-based system that will allow teachers to build on students’ progress over two consecutive semesters, according to Hernandez. Results from Station Night are used to inform staff about that progress, and students will be re-tested on the same stations at the next Station Night in May.

“For some of them, Spanish isn’t even their first language,” she says. “They’re handed so many papers when they get here, and they don’t read English and they just want the knowledge to break it down.”

Her Spanish students are local community members who want to get to know their neighbors. But Resendiz says her Latino ESL students have a similar goal.

“It’s the same thing. In both classes, they want to understand each other,” she says.

If you would like to volunteer at Station Night in May, please contact Program Director, Lina Mira at lmira@mypuente.org. We are always looking for volunteers to role-play being doctors, shopkeepers, and police officers and practice speaking English with ESL students. No prior experience required, just the desire to continue to support our students and build community.

Puente’s adult education programs rely on the support of our donors. To help underwrite the costs of instructors, childcare, or materials, donate now.

Spanish Class- Clase de Español

Las clases de adultos ayudan a los estudiantes a enfrentar un clima difícil

 La mayoría de las clases comunitarias de inglés como segunda lengua no examinan a los estudiantes sobre su conocimiento del inglés haciéndoles que participen en una dramatización donde agentes del Servicio de Aduanas e Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) se presentan en su casa y piden que se les deje entrar. Pero Puente no es un lugar común.

 La noche de estaciones, una serie de situaciones dramáticas creadas por Puente y llevadas a cabo por voluntarios locales, pone a prueba el conocimiento y entendimiento del idioma inglés de los estudiantes con situaciones donde los estudiantes practican el inglés. Dependiendo de su nivel de competencia, los estudiantes ponen en escena hechos que reflejan la realidad cotidiana en sus vidas.

La situación de la visita al hogar del ICE es una de las dramatizaciones nuevas que el personal de Puente añadió a la noche de estaciones en diciembre. Aunque muchos estudiantes de inglés como segunda lengua tienen tarjeta de residencia o son ciudadanos, esta actividad refleja la realidad que muchos han estado viviendo al no tener documentos en el clima político de hoy.

“Es tan sólo una situación ficticia para la que nos gustaría que los estudiantes estuvieran preparados en caso que fuera posible”, dice Lizeth Hernández, Directora de Educación de Puente. “También les damos a los estudiantes tarjetas rojas [para comunicarse con los agentes] de modo que, si no quisieran hablar, no tuvieran que hacerlo – simplemente tendrían que deslizar la tarjeta bajo la puerta simulada. Pero algunos estudiantes querían hacerse oír y dijeron “si usted no tiene una orden judicial, no abriré la puerta.”

Los estudiantes se fueron a casa con conocimientos importantes sobre un potencial encuentro con el ICE. También practicaron su inglés en escenas simuladas como qué hacer si ocurre un accidente de tráfico (como intercambiar información o solicitar un informe de la policía), y qué hacer si reciben una llamada fraudulenta – y cómo distinguir cuando es un fraude.

El mensaje de Puente es: la comunicación no es tan sólo una cortesía. La lengua en sí misma es una herramienta que pueda ayudar a los estudiantes a navegar los momentos más importantes (y preocupantes) en la vida.

“Muchos de los estudiantes de inglés como segunda lengua no tuvieron la oportunidad de comenzar o acabar sus estudios. Sus historias son acerca de estar en los Estados Unidos y tratar de sobrevivir. Muchos de ellos vienen queriendo aprender inglés para sobrevivir y navegar”, dice Mónica Reséndiz, la instructora recientemente incorporada al programa de educación de adultos de Puente.

El nuevo semestre comenzó a mediados de enero con cuatro clases de inglés como segunda lengua para adultos, en niveles desde principiante hasta avanzado. Puente también dio comienzo una nueva edición de las clases de español en Pescadero, lo cual atrajo a un número récord de estudiantes.

Hablando de récords, Puente registró a 36 estudiantes en el segundo semestre de su popular Clase de Educación de la Infancia que Puente ofrece con la colaboración de Cañada College y la Escuela de Adultos La Costa.

La clase sirve un propósito profesional: al final del programa de dos años, los estudiantes que se gradúan podrán obtener una licencia estatal para convertirse en asistentes de maestros en un preescolar o cooperativa de padres y madres.

“Decir que la educación te abre las puertas puede ser una idea abstracta. Sin embargo, esto es una posibilidad, y lo hace más atractivo. Es una trayectoria más corta con algo físico al final que se puede conseguir”, dice Hernández.

Las clases de inglés como segunda lengua de Puente han evolucionado hasta el punto en que Puente va a cambiar a un sistema de años académicos que permitirá a los maestros y maestras partir del progreso de los estudiantes durante dos semestres consecutivos, según Hernández. Los resultados de la Noche de Estaciones se utilizarán para dar información al personal sobre el progreso, y los estudiantes pasarán por un nuevo examen en las mismas situaciones en la siguiente Noche de Estación en mayo.

Reséndiz enseña una clase de principiantes de inglés como segunda lengua y dos niveles de español. Sus estudiantes de inglés disfrutan aprendiendo los tiempos verbales adecuados y las piezas básicas de la lengua inglesa, pero también tienen la necesidad urgente de aprender frases básicas. Necesitan saber los días de la semana, y cómo hacer una cita.

“Para algunos de ellos, el español no es su primera lengua”, dice. “Se les dan tantos papeles cuando llegan aquí, y no pueden leer inglés y simplemente quieren el conocimiento para poder entender las cosas por partes”.

Sus alumnos de español son miembros de la comunidad local que quieren conocer a sus vecinos y poder platicar.  Reséndiz dice que sus estudiantes latinos de inglés tienen una meta similar. “Es la misma historia. En ambas clases, quieren entenderse mutuamente”, dice.

Si desea involucrarse y ser un voluntario en mayo para la noche de estación por favor comuníquese con Lina Mira, Directora de Programas al lmira@mypuente.org. Siempre estamos buscando voluntarios que jueguen el papel de un doctor, comerciante, o policía y practicar hablando ingles con nuestros estudiantes. No se requiere experiencia previa solo el deseo de apoyar y convivir.

Los programas de educación de adultos en Puente dependen del apoyo de nuestros donadores. Para ayudar con los gastos del programa como maestros, cuidado infantil, o materiales, contribuya hoy.

The struggle continues: housing on the South Coast

The high demand for housing in our region creates a situation where money speaks louder than words. A one-bedroom apartment easily rents for about $1,500. For some Puente participants this would equate to 50% or more of their earnings towards rent, leaving very little for other necessary expenses. We hear about the need for affordable housing all the time. So what happens when someone cannot find a place to live?

Some people on the South Coast currently live in places unimaginable by many and witnessed only by a few neighbors or close acquaintances. In a place like La Honda and Pescadero, homelessness is almost undetectable. Some people report staying outdoors or in sheds. During these cold months and rainy days, some worry about their neighbors that stay outdoors, and welcome them into their homes. Many times, this act of kindness remains a well-kept secret because they could be jeopardizing their own housing situation.

Recently, a participant shared his concern about housing with me. He said he has welcomed friends to spend the night in his living room, especially on cold and rainy nights. These people gratefully understand that they will have to be discreet. He also reported a family was living in quarters with no bathroom and a dirt floor. He was very sad to see that. He reported men paying $250 a month at a local farm to share a room with communal bathrooms. He said that the place is so rundown he would choose sleeping in his car over staying there.

We do not have shelters on the Coastside. Shelter beds are all over the hill. When a person or family comes to Puente looking for housing, they rarely choose to go to a shelter for many reasons. Distance, lack of private or public transportation to get to work or get kids to school, risk of losing their employment, and because leaving the area, in many cases, would simply cause more disruption than help.  Last year at least two families moved away from the South Coast to a more affordable place near Sacramento. This also disrupts the agricultural economy that ends with less workers and the school system that loses students.

As one of the eight Core Agencies in San Mateo County, Puente assists local residents access programs that provide rental assistance, all in an effort to avoid homelessness. Our Community Resource Navigators assist individuals and families complete the financial assistance application for these programs. When families do not qualify for these programs, Puente uses its own resources and foundation money to provide financial support. As much as possible, we link people to housing as a place becomes available and we advocate for affordable rents.

One has to know the South Coast to understand how uniquely the housing crisis affects the South Coast and the La Honda community, especially when housing is linked with employment, which is the case with farmworker housing.

Puente has been exploring systemic housing solutions, with support from the San Francisco Foundation. In 2015, Puente collaborated with San Mateo County to conduct a farmworker housing study. Farmers and farmworkers alike agreed that the future of the local agricultural economy depends on meeting the unmet need for over 1,000 affordable housing units on the Coastside. In the meantime, we watch as our neighbors and friends move away from the region, seeking housing that they can afford.

We rely on you for your donations to help Puente provide rental assistance, utility assistance and supportive services directly related to the prevention of homelessness to individuals and families who are in danger of eviction, foreclosure or homelessness or are currently homeless. Your dollars help us advocate for our community’s fair share of housing dollars and for long-term affordable housing solutions for the South Coast.

La lucha continua: viviendas en la Costa Sur

La escases de viviendas está creando una situación en nuestra región donde el dinero habla más que nada. Un apartamento de una habitación se renta fácilmente por $1,500 al mes. Para unos de los participantes de Puente, esto significa la mitad o más de sus ingresos mensuales dedicados para su renta, dejando muy poco para otros gastos necesarios. En Puente, escuchamos acerca de la necesidad de viviendas todo el tiempo. ¿Entonces qué pasa cuando alguien no encuentra un lugar para vivir?

Hay personas en la Costa Sur viviendo en lugares que nadie no se imagina y que solo pocas personas, sus vecinos o amistades más cercanas, conocen la situación. En lugares como La Honda y Pescadero, las personas sin hogar son casi indetectables. Unas de estas personas cuentan que duermen en el bosque o en pequeñas bodegas.  Durante estos meses de frio y días de lluvia, algunos se preocupan por sus vecinos que duermen afuera, y les ofrecen sus salas para pasar la noche. Muchas veces, este acto de bondad es un secreto bien guardado porque ellos también arriesgan su propia vivienda dejando que una persona se quede a dormir.

Recientemente, un participante de Puente compartió su preocupación acerca de las viviendas conmigo. El compartió sus pensamientos y como él ha abierto sus puertas en estas noches frías y de lluvia para aquellos que él sabe duermen en un carro. Él les ha ofrecido su sala. Estas personas agradecidas comprenden que tienen que ser discretas. El compartió que ha visto una familia viviendo en un lugar sin piso, solo tierra. Él dice que es triste ver eso. También cuenta que hay hombres pagando $250.00 en un rancho por un cuarto compartido y baños comunales con varias más personas. Las condiciones son tan malas e incomodas que, si él tuviera que escoger entre vivir allí o en su auto, se quedaría en el auto.

En la Costa no hay albergues. Estas opciones existen, pero están al otro lado de las colinas. Cuando alguien viene a Puente preguntando por viviendas o “rentas” muy pocas veces eligen ir a un albergue. Las razones son tantas – la distancia, la falta de transportación pública y privada para llegar al trabajo o para ir a dejar a los niños a la escuela, el riesgo de perder el empleo, y porque mudarse fuera del área simplemente causaría más interrupciones, esta clase de ayuda no vale la pena, dicen. El año pasado, dos familias se mudaron lejos de la Costa Sur a pueblos cerca de Sacramento donde las viviendas y rentas son más accesible. Estas mudanzas también tienen un impacto en la economía local Agrícola. Los ranchos quedan con menos trabajadores y el sistema escolar pierde alumnos.

Como unas de las ocho agencias CORE en el condado de San Mateo, Puente asiste a residentes locales con recursos para pagar su renta o con el depósito para una vivienda, todo con la meta de prevenir el desalojo. Nuestro equipo de navegadores, asisten a individuos y familias, a completar la solicitud para estos programas. Cuando familias o individuos no califican, Puente utiliza sus recursos y dinero de fundaciones para proveer asistencia y apoyo financiero. Puente aboga por viviendas y en lo posible, conecta a personas con viviendas cuando nos enteremos que existe una vivienda disponible para alquilar.

Uno tiene que conocer la Costa Sur para entender como la crisis de las viviendas está afectando a las comunidades de Pescadero y La Honda, especialmente cuando las viviendas están conectadas con fuentes de empleo, como en el caso de las viviendas para los trabajadores del campo.

Puente está investigando y explorando maneras para solucionar esta crisis de una manera sistémica con el apoyo de la fundación de San Francisco. En el 2015, Puente colaboró con el condado de San Mateo para conducir un estudio sobre las viviendas para trabajadores del campo. Los trabajadores y agricultores reconocen la necesidad de viviendas. Están de acuerdo que el futuro de la industria y la economía depende de crear más viviendas en la costa sur. Hay un déficit de aproximadamente 1,000 viviendas a un precio accesible. Por el momento vemos a nuestros amigos y vecinos mudándose a regiones donde las viviendas son más accesibles.

Dependemos en sus donaciones para ayudar a Puente a proporcionar asistencia para la renta, servicios públicos y servicios de apoyo directamente relacionados con la prevención de personas sin hogar para personas y familias que corren el riesgo de ser desalojadas, que se queden sin hogar o que actualmente no tienen hogar. Sus dólares nos ayudan a abogar por una distribución justa de dólares para viviendas en nuestra comunidad y para buscar soluciones de viviendas sostenibles a largo plazo para la Costa Sur.

Newcomers: Arrival and Acceptance of the stranger into a new world

 

 

Puente is built on the foundation of radical hospitality, and receiving strangers with open arms as brothers and sisters. This founding principle is perhaps most present in Puente’s La Sala program, its longest standing program. La Sala is where a newcomer can find a home cooked meal and pleasant company twice a week. Most of the weekly participants are farmworkers on the South Coast, who are on their own here, without their families. Many of the men who participate in La Sala have been living in Pescadero and the surrounding communities for several years. There are some newcomers, who are still acclimating to a new community. Pablo, Celerino, and Carmelo are relative newcomers to the South Coast — they have been working and living at the local nursery for the past year. They became aware of Puente by word of mouth; other program participants invited them to La Sala.

Pablo and Carmelo both lived in Santa Cruz for a small period, before moving up to the South Coast. Both of them affirmed that they feel greater support here in Pescadero than they did in Santa Cruz; not to say they did not like Santa Cruz, but they feel the community in Pescadero is more closely knit and supportive in general. Celerino arrived to Pescadero straight from Mexico just over a year ago.

Carmelo and Celerino have also enrolled and taken ESL classes at Puente, as well as accessed vital services through Puente’s safety net programs. All three men have volunteered at Puente’s Día de Los Muertos and the community Posada. Pablo, Carmelo, and Celerino were gracious enough to share their thoughts with Puente after living on the South Coast for the past year.

What do you like most about this community?

Carmelo: “The tranquility and the weather are among the things I like the most about living here.”

Pablo: “This is a very united community; the people here care and look out for one another.  Maybe because it is a smaller community, but you definitely feel more supported and welcome here.”

Celerino: “There are a lot of supports here, a lot of events for our community to come together.”

What is the hardest thing about living here?

Carmelo: “Not being able to see your family, and go back to visit your country is definitely the hardest thing.”

Pablo: “Communicating confidently in English with others is still a challenge for me.”

Celerino: “Working, and going to school can be hard at times. Managing a full schedule that is.”

All three men concurred that being away from their family is the hardest thing about being in a new country.

How has the community supported you?

Carmelo: “The staff at Puente have been very supportive. People like Rita, Joaquin, and Charlea are always sharing information with us, and encouraging us to participate.”

Pablo: “Yes, Joaquin and Charlea are always supporting and helping us – They are always concerned about us having enough resources and information to make our lives better.”

Celerino: “There are a lot of resources here for us to learn and take on new opportunities. Puente’s programs and the staff are encouraging us, and challenging us to succeed. That is very helpful for us, because it can be intimidating to learn new things.”

Puente remains committed to welcoming the stranger, and creating a home for everyone on the South Coast. Migrating to a new place is hard, leaving your home country, culture, and family and starting a new life in a new country is even harder.

The principle of radical hospitality is reminiscent of the welcoming spirit of the United States as a nation, which welcomed the world to start a new life on its land. This is a principle that feels forgotten, or at the very least threatened in today’s political climate; luckily radical hospitality is thriving on the South Coast.

Please support Puente as we commemorate 20 years of service to the South Coast in 2018. Your continued support will enable us to continue to build and sustain community programs like La Sala for years to come. Support Puente today!

 

Recién llegados: llegada y aceptación del extranjero en un mundo nuevo

Puente fue fundado sobre una base de hospitalidad radical y de recibir al extranjero con los brazos abiertos como hermanos y hermanas. Este principio fundacional tal vez esté más presente en el programa La Sala de Puente, su programa más antiguo. La Sala es donde alguien que acaba de llegar puede disfrutar de una cena casera y agradable compañía dos veces por semana.  Muchos de los participantes de la sala son trabajadores agrícolas en la Costa Sur, que están solos aquí, sin sus familias. Muchos de los hombres que participan en La Sala han estado viviendo en Pescadero y en las comunidades aledañas durante varios años. Hay algunos recién llegados, que aún se están acostumbrando a una nueva comunidad. Pablo, Celerino y Carmelo son relativamente recién llegados a la Costa Sur, han estado trabajando y viviendo en un vivero local durante el año pasado. Se enteraron de Puente por parte de otros miembros de la comunidad, y participantes del programa de La Sala quienes los invitaron a participar.

Pablo y Carmelo vivieron en Santa Cruz durante un pequeño período, antes de mudarse a la Costa Sur. Ambos afirmaron que sienten un mayor apoyo aquí en Pescadero de lo que lo sintieron en Santa Cruz; no es decir que no les gustó Santa Cruz, pero sienten que la comunidad en Pescadero está más unida, y más solidaria en general. Celerino llegó a Pescadero directamente desde México hace poco más de un año.

Carmelo y Celerino también se inscribieron y tomaron clases de inglés como lengua secundaria (ESL) en Puente, además de haber recibido servicios vitales a través de los programas de redes de seguridad económica de Puente. Los tres hombres se han ofrecido como voluntarios en la celebración del Día de Los Muertos de Puente y en la Posada Comunitaria. Pablo, Carmelo y Celerino tuvieron la gentileza de compartir sus pensamientos con Puente después de vivir en la costa sur durante el año pasado.

¿Qué es lo que más les gusta de esta comunidad?

Carmelo: “La tranquilidad y el clima son algunas de las cosas que más me gustan de vivir aquí”.

Pablo: “Esta es una comunidad muy unida; las personas de aquí se preocupan y se cuidan mutuamente. Tal vez porque es una comunidad más pequeña, pero definitivamente te sientes más apoyado y bienvenido aquí “.

Celerino: “Aquí hay muchos apoyos, muchos eventos para que nuestra comunidad esté más unida”.

¿Qué es lo más difícil de vivir aquí?

Carmelo: “No poder ver a tu familia y regresar a visitar tu país es definitivamente lo más difícil”.

Pablo: “Comunicarme con confianza en inglés con otros sigue siendo un reto para mí”.

Celerino: “Trabajar e ir a la escuela puede ser difícil a veces. Administrar un horario lleno es difícil. ”

Los tres hombres coincidieron en que estar lejos de su familia es lo más difícil de estar en un país nuevo.

¿Cómo los ha apoyado la comunidad?

Carmelo: “El personal de Puente me ha apoyado mucho. Personas como Rita, Joaquín y Charlea siempre comparten información con nosotros y nos animan a participar “.

Pablo: “Sí, Joaquín y Charlea siempre nos apoyan y nos ayudan. Siempre están preocupados de que tengamos suficientes recursos e información para mejorar nuestras vidas”.

Celerino: “Aquí tenemos muchos recursos para aprender y aprovechar nuevas oportunidades. Los programas de Puente y el personal nos están animando y retándonos a tener éxito. Eso es muy útil para nosotros, porque puede ser intimidante aprender cosas nuevas “.

Puente sigue comprometido a darle la bienvenida al extranjero y en brindar un hogar para todos en la Costa Sur. La migración a un nuevo lugar es difícil, dejar tu país de origen, tu cultura y tu familia, y comenzar una nueva vida en un nuevo país es aún más difícil.

El principio de hospitalidad radical es recordatorio al espíritu de bienvenida de los Estados Unidos como nación, que le ofreció la bienvenida al mundo para comenzar una nueva vida en sus tierras. Este es un principio que a menudo se siente olvidado, o al menos amenazado en el clima político actual; Por suerte, la hospitalidad radical está prosperando en la Costa Sur.

Por favor apoye a Puente mientras conmemoramos 20 años de servicio a la Costa Sur en el 2018. Su apoyo continuo nos permitirá continuar construyendo y sosteniendo programas comunitarios como La Sala en los años venideros. ¡Done a Puente hoy!